27/11/10

Demasiado bueno para ser cierto....





Hace unos años recibí una llamada a mi celular. La misma fue supuestamente el resultado de una promoción de la cual había sido ganador. El premio, nada mas y nada menos que una SUV “jeepeta” ultimo modelo. Las palabras de la persona que me hablaba tenían tal sentido de persuasión que no fue difícil creerle. A esto se añade que para ese momento me encontraba en una gran necesidad de un medio de transporte. Tras varios minutos hablando con la persona representante de esta promoción tan inusual, me encontraba eligiendo el color de mi nueva SUV, y dando los detalles de la dirección de donde deseaba que la enviaran. Todo iba muy bien, me había levantado ese día sin medio de transporte y me iría a la cama de nuevo con una SUV ultimo modelo en la marquesina. “Demasiado bueno para ser cierto” no? pero por un momento mi mente aceptó y abrazó la idea, me veía a mi mismo disfrutando de un vehiculo 0kms nuevecito!!... hasta que algunos alrededor de mi sembraron la semilla de la duda y no cesaron hasta convencerme del engaño detrás de la llamada. Al rato, mi ilusión de conducir una SUV ultimo modelo se esfumó mientras colgaba la llamada dejando a un estafador muy astuto detrás del teléfono, librándome así de ser engañado por el.


Cosas como esta hacen de la frase “demasiado bueno para ser cierto” una realidad, no obstante parece que cuando se trata de beneficios materiales existe algo en nosotros que nos lleva a hacer caso omiso a esto y sencillamente nos impulsa a creer en la oferta. Si miramos el índice de estafas y hurtos que ocurren anualmente de esta forma, nos sorprenderíamos. Aun cuando decimos “demasiado bueno para ser cierto” con nuestras bocas, la codicia de nuestro corazón fácilmente nos desvía y podemos ser los próximos que se añaden a la lista de los estafados.


Pero, así como ante la oferta falsa de bienes y/o beneficios materiales aquí, fácil y ahora a cambio de poco, la cual muchas veces estamos dispuestos a abrazar, así también ante la mas verdadera y beneficiosa oferta que hombre alguno puede tener, existe una repulsión por parte de millares.


Es fácil creer que de la nada te has ganado el carro de tus sueños pero que distinta es la reacción ante la oferta que Dios ofrece en Jesucristo,


Religiosos e impíos por igual desprecian la oferta del evangelio.


Dios dice:

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar, Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Isaías 55:6-8.


Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. Isaías 45:22.


……Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8

Los religiosos responden: No!!!, demasiado bueno para ser cierto, demasiado fácil, salvación por gracia no!!!.. queremos ganárnosla, merecerla, pagarla, sudarla….

Los impíos responden: No, muy bueno para ser cierto, y otros,.. no, no lo necesito, estoy satisfecho!!

Dios se ha acercado al hombre, siendo este pecador y ha ofrecido un camino vivo y perfecto para salvarnos de nuestra miserable y perdida condición, Jesucristo, porque:

“De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree no se pierda mas tenga vida eternal”. Juan 3:16

De modo que: “que debo hacer para ser salvo? Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo”. Hechos 16:30-31.

Somos pecadores, nos encontramos desarmados sin medio de transporte para llegar a Dios, nuestros pecados son muchos y nuestro corazón perverso, necesitamos un medio con urgencia, Dios llama hoy y te ofrece por pura gracia, sin merecerlo, un medio eficaz, pues Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Cristo vino para dar vida y vida en abundancia, ninguna oferta en este mundo se asemeja a esta, es aquí donde “demasiado bueno para ser cierto” no aplica, la oferta esta hecha, la necesidad esta planteada, no hay estafa, no hay engaños, solo beneficios, Dios mismo!!

La rechazaras??

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25/11/10

En el dia de acción de gracias..... y siempre!!!

Es tan fácil no ser agradecidos, al mirar alrededor, la sociedad, y nuestras vidas en particular, es casi como si lo natural fuera no ser agradecidos. Nos es fácil olvidar, nos es fácil dar las cosas por sentado, pensar que es lo normal ser y tener lo que somos, nos es fácil recibir y decir gracias en vació, como un simple cliché.


Y es que nuestro problema no es necesariamente que no sabemos, es que no recordamos, la vida va tan rápido que no nos da tiempo para pensar y meditar….. hoy es Buena ocasión para detenerme…. Como lo hizo el salmista en el salmo 103… hoy voy a hacer una pausa y diré:


“Bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre” salmo 103:1.

No hay nada mejor para mi, nada que satisfaga mas y no hay nadie mas digno que El de ser bendecido.

Hoy es un buen día de ordenar al alma que bendiga a aquel que si merece el Honor y la Gloria.


“Bendice, alma mía, a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios” 103:2.

De Nuevo, mi problema es que olvido, paso por alto y desestimo. No olvides, si recordaras mas, alabaras mas, te regocijas y gozas menos en Dios sencillamente porque olvidas mucho. Hoy es un día de recordar…. Si, pero recordar que beneficios?


“El es quien perdona todas tus iniquidades” 103:3.

Este no es el ultimo de los beneficios, ni lo ultimo que debemos recordar, es lo primero, y si no fuera lo primero, no habría nada que recordar mas que ira y condenación. Pero no, El es quien perdona todas tus iniquidades. El es quien a pesar de tus muchos pecados te ha perdonado, te ha salvado, y como lo hizo? Poniendo a Cristo en tu lugar,…… Mi deuda por mi pecado fue saldada por aquel que puso su vida en lugar de la mía. Dios pudo dejarnos en nuestros pecados, Dios pudo tratarnos con justicia, pero en cambio lo ha hecho con gracia.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8

“De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree no se pierda mas tenga vida eternal” Juan 3:16


“El que sana todas tus dolencias” 103:3

Y el que no lo hace según su soberana, gloriosa y bondadosa voluntad, buscando mi mayor bien.

“Nuestro Dios esta en los cielos; todo lo que quiso ha hecho” salmo 115:3


El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordia” 103:4

Cuantos de nosotros hemos estado cerca de la muerte, a minutos, o metros de ser tragados por la muerte… y El nos ha recatado. En su paciencia lo ha postergado… en cambio, nos ha Coronado de favores y misericordias. Si eres sensato y justo contigo mismo, si sumas, restas, multiplicas y divides,… al final te veras Coronado de favores y misericordia.


“El que sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el águila” 103:5

El pudo dejarme como hay cientos de miles alrededor del mundo, que no tienen que comer…. Pero en su misericordia, ha saciado de bien mi boca. Me ha sido tan fácil llevar bocado a mi boca, ir al refrigerador y encontrar que comer… en su gobierno soberano de su creación, ha subyugado y dominado desde meses y años antes, animales y personas particulares, para que el día de hoy de una forma perfectamente coordinada, sea que lo cocine en la estufa, o lo compre en el restaurante de la esquina, lleve fácilmente comida a mi boca.


“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto esta lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” 103:10-12

Empieza en su perdón, y termina en el, esa es la tierra donde crece el árbol llamado gratitud. Recuerda que no ha hecho contigo conforme mereces, ni te ha medido con la regla que mereces… aunque creas o entiendas que si, no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades.

Si recordamos esto, lo abrazamos y podemos ver que el ha hecho alejar de nosotros nuestras rebeliones como esta lejos el oriente del occidente, con pavo o sin pavo, con dinero o sin dinero, con carro o a pie, con familiares cercas o lejos, en el día de acción de gracias y en cualquier otro día


BENDICE ALMA MIA A JEHOVÁ Y BENDIGA MI SER SU SANTO NOMBRE.

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24/11/10

God is more concerned about your holiness than your happiness..... Are you serious?





This week God has providentially bombarded me regarding a common Christian phrase I’ve seen—God is more concerned about your holiness than your happiness. Specifically, this phrase has sparked a variety of questions I attempt to respond to here. Ultimately, I conclude that this phrase is likely to be misleading; in other words, it is likely to cause a belief in Christians that is inconsistent with scripture.


'God is more concerned about your holiness than your happiness'—the phrase appears to be God-centered and biblical on its surface; however, when the sentence speaks of holiness, what does it mean? And when he speaks of happiness, what is the meaning behind that? What is it that motivates God to do what He does? Is God really concerned for my holiness at the expense of my happiness? Is this what God teaches in His word? These are just some of the questions I understand sensible and appropriate to consider in front of a sentence like this.


Establishing the ground for this study.

Before addressing the questions, we need to define the terms. From now on, when I refer to happiness, I do not mean short seasons of worldly pleasure with money, sex, power, etc. satisfying for a while but ultimately leaving a gap greater than the one found. At the end, that is not happiness. Happiness is not a moment, as Kodak wants to sell it. Happiness must be seen as a state that, although not perfect on this side of heaven, provides satisfaction, joy, fulfillment, etc. based on objective truths, extending from this present life into eternity.


I recognize that many who use this phrase refer to a type of happiness, the one for which God does not care much, as life on this earth in the pleasures of the world and sin. The desire behind this article is not to criticize those with this concept, because that is an accurate dictionary definition. But for the purposes of this article, that definition does not even deserve to be awarded the term "happiness." So, the analysis presented here is taking the real meaning of each term, holiness is holiness as the Bible teaches it, and happiness is happiness as God reveals it in His word.


Getting back to the main topic, the phrase "God is more concerned about my holiness than my happiness" appears to say that God chooses between making us happy or holy. Likewise, the phrase suggests that a person must choose between holiness and happiness. It follows also that there are possibilities to be holy and yet not happy, that you could grow in holiness and at the same time say to yourself, I’m not happy. Basically, 'I'm happy, but I am not holy' or 'I am holy, but I'm not happy'.


'God is more concerned about your holiness than your happiness', suggests that holiness and happiness are mutually exclusive things. It is as if God was faced with the dilemma of making us holy and happy, and He chooses us to be holy at the expense of our happiness.


It is at this point that the questions begin to shout for an answer, is this really so? Is this what God teaches?


God teaches in his word, that we shall be Holy.

Lev. 11:44-45:

“For I am the LORD your God. Consecrate yourselves therefore, and be holy, for I am holy. You shall not defile yourselves with any swarming thing that crawls on the ground. For I am the LORD who brought you up out of the land of Egypt to be your God. You shall therefore be holy, for I am holy.”


Lev. 19:2:

"Speak to all the congregation of the people of Israel and say to them, you shall be holy, for I the LORD your God am holy.”


1 Peter 1:15-16:

But as he who called you is holy, you also be holy in all your conduct, since it is written, "You shall be holy, for I am holy."


Titus 2:11-14:

“For the grace of God has appeared, bringing salvation for all people, training us to renounce ungodliness and worldly passions, and to live self-controlled, upright, and godly lives in the present age, waiting for our blessed hope, the appearing of the glory of our great God and Savior Jesus Christ, who gave himself for us to redeem us from all lawlessness and to purify for himself a people for his own possession who are zealous for good works.”


Certainly God is concerned about our holiness. He has come to us and works in us with the purpose of sanctification. His appeal is to “be holy”. Christ died to redeem us from all wickedness and to purify us, making us a people zealous of good works.


God is concerned about our holiness to the point of giving his only begotten son, and this is an objective and undeniable truth of the scriptures.


God calls his people to rejoice and joy.


It's amazing the vast amount of biblical verses in which God speaks to his people by calling them to rejoice. From the Old to the New Testament, we find God doing this. The Pentateuch, the story of the liberation of the people of Israel and its entry into the Promised Land, the giving of the law, the psalms and the prophets, all evidence in various ways and occasions God’s call for his people to rejoice and have joy. Behind many of the ceremonies, rituals, laws and the procedures of God, there is a kind of divine expectation that those who are partakers of such things be part of it with joy, pleasure and contentment. By way of example:


Deuteronomy 16:14:

“You shall rejoice in your feast, you and your son and your daughter, your male servant and your female servant, the Levite, the sojourner, the fatherless, and the widow who are within your towns.”


Deuteronomy 26:11:

“And you shall rejoice in all the good that the LORD your God has given to you and to your house, you, and the Levite, and the sojourner who is among you.”

Psalm 5:11:

“But let all who take refuge in you rejoice; let them ever sing for joy, and spread your protection over them, that those who love your name may exult in you.”


Psalms 9:2:

“I will be glad and exult in you; I will sing praise to your name, O Most High.”

Psalm 32:11:

“Be glad in the LORD, and rejoice, O righteous, and shout for joy, all you upright in heart!”


Psalm 33:1:

“Shout for joy in the LORD, O you righteous! Praise befits the upright.”


Psalm 92:4:

“For you, O LORD, have made me glad by your work; at the works of your hands I sing for joy.”


Psalm 97:12:

“Rejoice in the LORD, O you righteous, and give thanks to his holy name!”


Psalm 118:24:

“This is the day that the LORD has made; let us rejoice and be glad in it.”


Romans 15:10:

And again it is said, “Rejoice, O Gentiles, with his people."


2 Corinthians 1:24:

Not that we lord it over your faith, but we work with you for your joy, for you stand firm in your faith.


Philippians 4:4:

“Rejoice in the Lord always; again I will say, Rejoice.”

Some might think it is wrong to think about happiness only in terms of joy or rejoicing. Clearly, though, rejoicing and joyfulness are aspects of true happiness; that is, biblical happiness.


God’s profile of a true believer is primarily “Blessed”.


Matthew 5:3-12, the beginning of the Sermon on the Mount, is a description of objective realities, present in high or low proportions in those who truly are citizens of the kingdom of God. The Sermon on the Mount is not a walking path along which people should walk to be saved; it is the way through which you walk when you are saved.


What draws the attention of this section is the fact that the Lord Jesus Christ calls those who are partakers of these realities "Blessed", which could be translated as: happy or pleased. That is the description that God gives to those who have participated in his saving grace, who are beneficiaries of the work of redemption accomplished by Christ on the Cross, those are "Happy."


Rather than separate holiness from happiness, as this sentence seems to indicate, the scriptures point to God uniting these things in one inseparable package. God makes us holy and we are considered as blessed. God redeems us, removing any obstacle that prevents us to glorify Him, love Him, know Him and find our eternal satisfaction in Him, and He calls that happiness. So the scriptural point is not that God is in a dilemma between making us holy or happy, but when He does one the other is also included.


God has redeemed us, and the focal point of this redemption is to bring us to Him. He has given us a new heart. Instead of looking for and delighting in mundane and spurious things, we now find satisfaction in Him. The concept of sanctification (holiness), therefore, brings us real and eternal happiness.


Heaven, the eternal blending of holiness and happiness.


Nothing makes this point clearer than taking the truth of heaven and seeing it. The final redemption of this world, where everything will be renewed, is when the imperfections of our practical holiness will disappear. Further, it also represents the entrance to the more glorious and eternal state of happiness.


Revelation 21:3-5:

And I heard a loud voice from the throne saying, "Behold, the dwelling place of God is with man. He will dwell with them, and they will be his people, and God himself will be with them as their God. He will wipe away every tear from their eyes, and death shall be no more, neither shall there be mourning, nor crying, nor pain anymore, for the former things have passed away."


When is the time when God will allow us to experience the perfect happiness? When we are glorified, entering his presence, where there will be no more crying or pain, and God will be the eternal delight of our soul. When is the time God will give us perfect purity and holiness? Just the same.

When God brings out the ultimate redemption of all things, He will not have a struggle to decide between whether make us happy or make us holy, one thing includes the other.


A brief note to those of humanistic trend.


I understand that much of what motivates believers to posit an either/or between holiness and happiness is the human tendency to place man at the center. The Bible teaches that man is not central, man is not the protagonist.


Let me remind you that the meaning extracted from the Bible for true happiness has nothing to do with something special that you think you have or you are. God is interested in your happiness, your eternal happiness, He sent Christ to the cross to make it possible, pay a high price for it. But this happiness is not rooted in us being exalted as trophies but in Him being glorified and showing his glory. It is correct to say that God is concerned about my holiness and happiness, because when God does that, it does not exalt my worth. Instead, it saves me from my heart full of self-centeredness, selfishness and proud. And, it grants me an appreciation and enjoyment in watching his worth, his glory, and his majesty. Genuine happiness is in Him and in Him being glorified, not me being the focus. At all times throughout these pages, this article has appealed to this vision of happiness.


Conclusion.


It is well to say that God is more concerned about my holiness than in my life being destroyed by sin and worldliness, even if such sinfulness and worldliness may be pleasant for a time. But happiness is not something God ignores; the chief end of man is to glorify God and enjoy Him forever. In other words, glorifying God means 'enjoying him' forever.


Nothing is excluded; it is a single package. How different would be the lives of many Christians if they saw their happiness in the same place as our holiness and obedience; that they see their joy at the same location of the glory of God, that they see their satisfaction in God.


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6/11/10

Dios esta mas preocupado por tu santidad que en tu felicidad,… ¿En Serio?


Esta semana me he visto providencialmente bombardeado por lo que llamaría una de las tendencias del pueblo cristiano en nuestra sociedad que aunque a veces no es muy notoria en muchas ocasiones saca su cabeza y se deja ver. Esta tendencia queda expresada en la frase que encabeza este escrito. De diversas maneras y a través de circunstancias distintas tuve que ver esto y desde entonces no he estado tranquilo, pues muchas preguntas han surgido demandando respuesta. ‘Dios esta mas preocupado por tu santidad que en tu felicidad’, parecería ser una frase Dios-céntrica, bíblica y piadosa tan pronto la leemos. Ahora bien, cuando la frase habla de santidad, ¿a que se refiere? Y cuando habla de felicidad, ¿qué quiere decir? ¿qué es lo que motiva a Dios a hacer lo que hace? ¿Es realmente para Dios una preocupación mi santidad a expensas de mi felicidad? ¿es esto lo que enseña Dios en su palabra? Son solo algunas de las preguntas que entiendo sensatas y apropiadas al considerar una frase como esta.

Pongamos las bases de este estudio.
Antes de comenzar, es necesario que definamos los términos. De ahora en adelante, cuando me refiera a felicidad, no me refiero a temporadas breves de placer mundano, con dinero, sexo, poder, etc. Que satisfacen por un tiempo y luego dejan un vacío mayor que el que encontraron. Al final esto no es felicidad. La felicidad no es un momento, como Kodak quiere venderla, la felicidad es un estado que si bien según Dios en su palabra, no es perfecto de este lado del cielo, si es un estado de satisfacción, gozo, plenitud, etc. Con base en realidades objetivas, no dependientes de las circunstancias, y que tiene manifestaciones en esta vida presente y se extienden hasta la eternidad.

Reconozco que muchos de los que usan esta frase se refieren a felicidad, por la cual Dios no se preocupa, como la vida en esta tierra con los placeres del mundo y del pecado, y el deseo detrás de este articulo no es criticar a aquellos que tienen tal concepto, el cual es totalmente correcto, pero para los propósitos de este artículo, tal definición no merece ser ni siquiera adjudicada al termino “felicidad”. Cuando vemos la felicidad como la hemos definido anteriormente, no es del todo correcto llamar felicidad a los deleites temporales del pecado. De modo que el análisis presentado a continuación es asumiendo el significado real de cada termino, santidad es santidad, tal y como la biblia lo enseña, y la felicidad es felicidad tal y como Dios lo revela en su palabra.

Algunas implicaciones de esta frase podrían levantar aún más la necesidad de profundizar más en la misma. Cuando se dice, “Dios está más preocupado por mi santidad que en mi felicidad”, se infiere que Dios elige entre hacernos santos o hacernos felices y a su vez coloca al ser humano en la misma posición, debe elegir entre santidad o felicidad. Se infiere también que hay posibilidades de ser santos y al mismo tiempo no ser felices, que se podría crecer en santidad y a la misma vez decirse a si mismo, no estoy feliz. Básicamente, ‘soy feliz, pero no soy santo’ o ‘soy santo, pero no soy feliz’.

‘Dios esta mas preocupado por tu santidad que en tu felicidad’, da a entender que la santidad y la felicidad son cosas excluyentes entre si. Es como si Dios estuviera ante el dilema de hacernos santos o felices, y El elige hacernos santos a expensas de nuestra felicidad.

Es en este punto que las preguntas comienzan a gritar en busca de una respuesta, ¿es esto realmente así? ¿es esto lo que Dios enseña?

Dios enseña en su palabra, que seamos Santos.
Lev. 11:44-45:
“Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: Seréis, pues, Santos, porque yo soy Santo”.

Lev. 19:2
Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy Yo Jehová vuestro Dios”.

1 Pedro 1:16
…Sino como aquel que os llamo es Santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; Porque escrito esta: Sed santos, porque yo soy santo”.

Tito 2:11-14
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a los placeres mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo, quien se dio a si mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo propio, celoso de buenas obras”.

Indudablemente Dios esta preocupado por nuestra santidad. Su llamado y proceder para con nosotros es con el propósito de santificarnos. Su exhortación es a ser santos. Cristo murió para redimirnos de toda iniquidad y purificarnos, haciéndonos un pueblo celoso de buenas obras.

Dios esta preocupado hasta el punto de entregar a su hijo por nuestra santidad, y esto es una verdad objetiva e innegable de las escrituras.

Dios exhorta a su pueblo a regocijarse y gozarse.
Es sorprendente la enorme cantidad de versos bíblicos en donde Dios mismo habla a los suyos llamándoles a regocijarse. Desde el antiguo hasta el nuevo testamento, nos encontramos a Dios haciendo esto.

Si consideramos el Pentateuco, el relato de la liberación del pueblo de Israel y su entrada a la tierra prometida, la entrega de la ley, hasta los salmos y cubriendo los profetas, es notorio en diversas formas y ocasiones este llamado. Detrás de muchas de las ceremonias, rituales, leyes y de los procederes mismos de Dios hay una especie de expectación divina de que aquellos que son participes de tales cosas, lo sean con regocijo, alegría. Alguien podría pensar que es incorrecto pensar en felicidad únicamente en términos de alegría, y es cierto, la felicidad es eso y mucho más, pero el regocijo y gozo bíblico es parte vital y esencial de la verdadera felicidad. Citemos algunos ejemplos:

Dt. 16:14:
Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones.

Dt. 26:11:
Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.

Salmos 5:11:
Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.

Salmos 9:2
Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, OH Altísimo.

Salmos 32:11
Alegraos en Jehová y gozaos, justos; Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Salmos 33:1
Alegraos, oh justos, en Jehová.

Salmos 92:4
Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo.

Salmos 97:12
Alegraos, justos, en Jehová, Y alabad la memoria de su santidad.

118:24
Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.

Isaias 52:9
Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido.

Romanos 15:10
Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.

2 Corintios 1:24
No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.

Filipenses 4:4
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!

Dios presenta el perfil del creyente primordialmente como “Feliz”.
Mateo 5:3-12, el inicio del sermón del monte, es una descripción de realidades objetivas presentes, en altas o bajas proporciones, en aquellos que genuinamente son ciudadanos del reino de Dios. El sermón del monte no es un camino por el cual andar para ser salvo, es el camino por el cual transitas cuando has sido salvado. Lo que llama la atención de esta sección es el hecho de que el Señor Jesucristo llama a aquellos que son participes de estas realidades “Bienaventurados”, que podría ser traducido como: Dichoso, feliz.

Es decir que la descripción que Dios nos da de aquellos que han participado de su gracia salvadora, que son beneficiarios de la obra de redención llevada a cabo por Cristo en la Cruz, es que estos son “Felices”.

Mas que separar la santidad de la felicidad, como esta frase parece indicar, las escrituras señalan a Dios uniendo estas cosas en un solo paquete inseparable. Dios nos hace santos y nos considera felices por ello; Dios nos redime, quita todo obstáculo que impide que podamos glorificarle, amarle, conocerle y hallar nuestra eterna satisfacción en El, y El llama a esto felicidad. De modo que la dirección a la cual señalan las escrituras no es a presentar a Dios en un dilema entre hacernos santos o felices, sino que cuando hace uno también hace lo otro.

Dios nos ha redimido, y el punto focal de esta redención es llevarnos a El, nos ha dado un corazón nuevo que en vez de deleitarse en el mundo se deleita en El, que en vez de buscar las cosas espurias que el pecado ofrece, ahora halla su satisfacción en El, y esto envuelve el concepto de santificación (santidad) y esto es a su vez lo que nos hace real y eternamente felices.

El cielo: la unión eterna de la santidad y la felicidad.
Nada deja mas claro esta realidad que el tomar la verdad del cielo y considerarla. La redención final de este mundo, donde todo será hecho nuevo, será cuando las imperfecciones practicas de nuestra santidad desaparecerán, y al mismo tiempo será la entrada al mas glorioso y eterno estado de felicidad.

Apocalipsis 21:3-5
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

¿Cuándo será el momento donde Dios nos concederá experimentar la perfecta felicidad? Cuando seamos glorificados, entrando a su presencia, donde no habrá mas llanto, ni dolor, Dios será el deleite eterno de nuestra alma.

¿Cuándo será el momento donde Dios nos concederá experimentar pureza y santidad perfecta? Exactamente el mismo.

Cuando Dios lleve a cabo la redención final de todas la cosas, el no tendrá una lucha para decidir entre si nos hace santos o felices, una cosa incluye la otra.

Nota a los de tendencia humanista.
Entiendo que mucho de lo que motiva a que una gran parte del pueblo cristiano abrace frases como esta con liviandad es por causa de aquellos que se empeñan en colocar al hombre en un lugar central. La Biblia no enseña que el hombre es central, el hombre no es el protagonista.

Es pertinente recordar que el significado que se extrae de la Biblia de verdadera felicidad no tiene nada que ver con lo especial o el gran valor que crees tener. Dios esta interesado en tu felicidad, en tu eterna felicidad, envió a Cristo a la cruz para hacerla posible, pago un alto precio por ella. Pero esta felicidad encuentra su raíz no en nosotros siendo exaltados como trofeos sino en El siendo glorificado y dando a conocer su gloria.

Es correcto decir que Dios esta preocupado en mi santidad y felicidad, porque cuando Dios hace esto, dígase hacerme santo y feliz, no lo hace exaltando mi valía sino salvándome de mi corazón centrado en mi mismo, egoísta y orgulloso y concediéndome apreciar y gozarme en su valía, su gloria, su majestad, etc.

La felicidad genuina esta en El, y en El siendo glorificado, no en mi siendo el personaje central. En todo momento a lo largo de este articulo se ha apelado a esta visión de felicidad.

Conclusión
Esta bien decir que Dios esta mas preocupado por mi santidad que por mi destrucción en la vida de pecado y mundanalidad aun cuando esta parezca ser placentera al tiempo presente. Que el esta mas preocupado por mi santidad que en mis deleites con las cosas temporales. Pero, la felicidad no es algo que Dios descarta, el fin principal del hombre es glorificar a Dios, y gozar de El por siempre, y mas que ‘y gozar’ seria glorificar a Dios ‘gozando de El’ por siempre, esto empieza en esta vida y lo que Dios hace lleva estas marcas detrás: su gloria, nuestra santidad, nuestro gozo y felicidad. Nada se excluye es un solo paquete.

Que diferente seria la vida de muchos cristianos si vieran su felicidad en el mismo lugar que su santidad u obediencia. Que vieran su gozo en el mismo lugar de la gloria de Dios, es decir, que vieran su satisfacción únicamente en Dios.
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25/8/10

Un día como Hoy....



A veces se torna difícil encontrar que escribir el día de tu cumpleaños, por un lado el hecho de que sea tu cumpleaños es razón lógica para escribir algo de lo cual seas el protagonista, donde tu persona brille, pero por otro lado, siendo cristiano hay algo que lucha contra tal perspectiva y quiere que brille aquel que merece brillar, el Dios vivo y verdadero que sostiene todas la cosas por la mano de su poder. ¿Que podría escribir un día como hoy que haga a Dios lucir glorioso, tal cual es, y a la vez lleve la realidad de mi cumpleaños detrás?...…. A continuación el resultado:

Un día como hoy nació un Idólatra…….

Cuando oímos la palabra idolatría rápido la mente se transporta a algún templo pagano lleno de imágenes y esculturas con personas arrodilladas al frente rindiendo reverencia a un pedazo de madera o yeso. Y la idolatría puede incluir eso pero también mucho mas. Todo lo que hagas, tengas o desees que ocupe el lugar que solo Dios merece, es tu ídolo. Ciertamente somos como alguien dijo: maquinas de ídolos.

Un día como hoy nació un idólatra, alguien que prefirió sus placeres carnales mas que a Dios, sus comodidades más que a Dios, sus triunfos personales más que a Dios, su propia opinión por sobre la de Dios, su propia gloria por sobre la de Dios, sus estudios y conocimiento por sobre Dios, su trabajo y su fama frente a los hombres por sobre la de Dios, sus familiares y amigos por sobre Dios, su dignidad por encima de la de Dios, sus planes y voluntad por sobre la voluntad de Dios. Porque ese idolatra también fue en otro tiempo insensato, rebelde, extraviado, esclavo de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidias…….



Pero Dios…..

Que es Rico en misericordia, por su gran amor con que amó a este Idolatra, aun estando el muerto en sus delitos y pecados, le dio vida juntamente con Cristo.


Pero Dios….

Cuando manifestó su bondad y su amor para con este idolatra, lo salvo no por obras que el hubiera hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el espíritu santo, el cual derramó abundantemente por Jesucristo.


Esto cambia completamente la historia, pues Dios ha mostrado su amor para con este Idólatra, en que siendo aun pecador, Cristo murió por el, de modo que con Cristo el está juntamente crucificado y ya no vive el, mas vive Cristo en él y lo que ahora vive en la carne, lo vive en la fe del hijo de Dios el cual le amó y se dio así mismo por el.

Ahora este idólatra puede decir a boca llena que uno que habiendo sido idolatra fue rescatado de su vana manera de vivir, que mereciendo la justa ira de Dios, le ha sido dada misericordia, mereciendo el infierno le fue dado el cielo, mereciendo ser olvidado, Cristo Jesús padeció una sola vez por sus pecados, Cristo el justo en lugar de este idolatra injusto, para llevarle a Dios, su mejor regalo.

Un día como hoy nació un receptor de su gracia……

Un día como hoy nací Yo.

Un año mas de gracia,

Un año mas bajo el amparo de su misericordia,

Un año mas que pasa y me acerca mas a la eternidad, a la eterna reunión con el que lo llena todo en todos.


Habrá lectores que se identificarán conmigo en todo el contenido de este breve escrito, pues ellos se unen a mi en alabanzas y Gloria a Dios nuestro salvador por su gracia y bondad, pero otros solo se podrán identificar con la primera parte, pues ellos mismos se encuentran siendo idólatras, y viven en esa terrible condición. Con toda sinceridad y amor te hago saber que esa gracia y misericordia, que me rescató, sigue aun disponible para idólatras como tu y yo, basta ya de desperdiciar tu vida, ven en arrepentimiento y fe a aquel que has menospreciado, que mejor noticia para mi seria saber que te unes hoy al grupo de redimidos por la preciosa sangre de Cristo.

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19/2/10

¿Por qué no voy a misa? Un análisis critico y breve del pensamiento Católico Romano y Protestante (Reformado) de la eucaristía (4ta parte).



Aplicaciones

Posiblemente, salte la pregunta ¿por qué es esto importante? ¿No deberíamos mejor apelar al amor y la tolerancia, y aceptarnos todos con nuestras posturas y opiniones, pues al final lo que importa es la sinceridad? Ciertamente la sinceridad de nuestro servicio a Dios y de nuestras creencias y/o doctrinas acerca de Él es importante, pero vivimos en tiempos en donde se ha intercambiado la verdad por la tolerancia y creemos que lo necesario no es la doctrina sino que todos nos aceptemos. Pero esta es una posición que no es apoyada por Cristo y su palabra, y al final ninguno vive ni puede vivir a la luz de esta. Es importante y necesario que lo que creamos sea la verdad pues cometer un error en nuestro entendimiento de Dios, y específicamente en temas tales como la salvación de nuestra alma, traerá consigo consecuencias de repercusiones eternas. Hay personas que están sinceramente equivocadas, lo cual nos dice que la sinceridad en sí misma no es suficiente, es necesario que esta esté basada en la verdad.


Cristo dice: “El que me ama mi palabra guardara,……. el que no me ama no guarda mis palabras” Juan 14:23-24. De ninguna manera debemos tomar este tema en poco, y mucho menos aceptar ambas posturas pues ambas van una contra la otra, la realidad de nuestro amor por Cristo esta en juego.



Amigo Católico Romano, seguramente es tu sincero deseo el agradar a Dios y hacer su voluntad. Es muy fácil querer la voluntad de un Dios hecho a nuestra medida, que no demande mucho de nosotros, pero tristemente ese no es Dios. El amor a Dios se demuestra en una humilde y sincera devoción por Dios, tal y como El se revela en su palabra. Sus atributos, tales como su santidad, justicia, Ira, y no solo su amor, te deben ser deleitosos y aceptados, pues El es Dios. Ahora bien, no solo tienes un sincero deseo de agradar a Dios, sino que no deseas ser condenado en el infierno, tu deseas ser salvo. Y preguntamos, ¿En base a qué piensas presentarte como digno del cielo, ante el trono de Cristo? La palabra de Dios, es enfática al declarar que dado que todos hemos pecado, y estamos manchados por el pecado, nada hay que podamos hacer en nosotros mismo. Más Dios, siendo el ofendido, en su gran amor, viendo nuestra terrible y perdida condición, se ha acercado a nosotros lleno de gracia y bondad proveyendo un medio único y eficaz para traer salvación a millares de pecadores, ofreciendo a su unigénito Hijo, El Señor Jesucristo, quien siendo Dios, se despojó de su gloria y ocupó el lugar que tu y yo merecemos y cargó con nuestras culpas en la Cruz. El sacrificio de la Cruz fue el lugar donde Dios el padre trató a Dios el hijo como si fuera el más grande de los pecadores, donde Dios el padre trató a Cristo como tú y yo merecemos. Ese sacrificio consumado de una vez y para siempre, ha pagado para todos aquellos que creen en Cristo su ticket para entrar al cielo, y el medio por el cual el pecador se une a Cristo, es únicamente el arrepentimiento y la Fe.


Algunos textos de las escrituras que dejan en claro esta verdad:

Efesios 2:8-10

Por Gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras , para que nadie se gloríe.”


Hechos 17:30

“…Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”.


Juan 3:16-17

“De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda mas tenga vida eterna”

1 Timoteo 2:5-6

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”.


Colosenses 2:13-14

“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio clavándola en la cruz”.


Gálatas 2:16, 20-21

“…. Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificando.

Con Cristo estoy Juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley (o alguna clase de sacrificio que yo deba hacer) fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”. (palabras entre paréntesis añadidas por el autor)


¿Sabías que cada vez que acudes al ritual de la misa, lo entiendas o no, estas sencillamente diciendo que ese sacrificio hecho en la cruz, no ha sido suficiente? ¿Sabías que cada vez que tomas los elementos, viendo en ellos una víctima que esta ‘siendo’ entregada por ti, estás diciendo, que aquella preciosa sangre derramada hace 2000 años en la cruz del calvario, aquel sufrimiento, como no ha habido ninguno, no es suficiente para salvarte? Te invito a que evalúes tu vida y consideres seriamente la verdad infalible y toda suficiente de la palabra de Dios, que ella sea tu guía y única fuente inerrante de vida y practica. Este tema puede ser ampliado mucho más, pero hasta aquí se ha cubierto, de manera condensada y directa enseñanzas claves referentes a este tema. Espero seas motivado a considerar más ampliamente la verdad detrás del sacrificio de Cristo y su permanencia y diferencia ante nuestros sacrificios de adoración entregados hoy por medio de Cristo.


¿Por qué no voy a una misa? Porque Cristo Jesús, de una vez y para siempre hizo lo que nunca podré hacer, derramó su sangre y entregó su vida en mi lugar. ¡Llevó a cabo una obra que jamás podré igualar y Gloria a Dios por eso!!! Jamás requerirá de añadiduras. Lo que hoy me queda es sencillamente, ofrecer mi adoración por medio de Él, que abrió un camino vivo al padre.


Mi Amigo protestante, te hago la misma pregunta, ¿En qué descansa tu confianza para ir delante de Dios y llegar a Él? Temo que muchos, que se proclaman cristianos, yerran en el blanco al considera su fundamento para ser aceptos delante de Cristo. Espero que tu respuesta pueda ser sincera y que humildemente puedas responder que tu esperanza está en Cristo y su obra redentora, llevada a cabo eficazmente en la cruz del calvario y que nada haces hoy para añadirle sino que te deleitas en saber que en El y solo en El eres acepto.
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17/2/10

¿Por qué no voy a misa? Un análisis critico y breve del pensamiento Católico Romano y Protestante (Reformado) de la eucaristía (3era parte).



La respuesta Católica a las enseñanzas de la reforma protestante respecto al sacrificio de Cristo y el sacrificio de la misa y todos los demás puntos en que se trajo cuestionamientos a la iglesia católica, fueron presentados en lo que se ha llamado la contrarreforma protestante. La distinción entre el sacrificio de Cristo y los nuestros resaltada por el protestantismo fue condenada por la iglesia Católica Romana en el Concilio de Trento (1545-1564). Su 22a sesión, en 1562, se centro en el sacrificio de la misa. Citaremos algunos de los cánones, que condensan de manera particular lo que fue la opinión de Roma referente a este tema.



H.J. Schroeder (ed.) en su “Canons and decrees” sesión XXII, capitulo 2 dice:

“Puesto que en este sacrificio divino que se celebra en la misa esta contenido e inmolado de una manera incruenta el mismo Cristo que una vez se ofreció a sí mismo de manera cruenta en el altar de la Cruz, el santo concilio enseña que el mismo es verdaderamente propiciatorio… porque, apaciguado por este sacrificio, el Señor concede la gracia y el don de la penitencia, y perdona hasta los delitos y pecados mas graves. Por cuanto la víctima es una y la misma, la misma que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes que entonces se ofreció en la cruz, siendo solo diferente el modo de la ofrenda.

De manera particular los tres primeros cánones de la sesión 22 del concilio de Trento dictan como sigue:

Canon 1: Si alguien dice que en la misa no se ofrece a Dios en un sacrificio real y verdadero…… sea anatema.

Canon 2: Si alguien dice que por las palabras “haced esto en memoria de mi” Cristo no instituyó a los apóstoles en sacerdotes, o no ordenó que ellos y otros sacerdotes ofreciesen el propio cuerpo y la propia sangre de Él, sea anatema.

Canon 3: Si alguien dice que el sacrificio de la misa es solo de alabanza y acción de gracias; o que es una mera conmemoración del sacrificio consumado en la cruz pero no un sacrificio propiciatorio, sea anatema.

Lo que esta sesión del concilio de Trento quiso dejar bien en claro, es el desacuerdo y ataque a las enseñanzas de los reformadores en lo que respecta al significado de la misa. Los cánones de este concilio siguen en vigencia como parte de la enseñanza oficial de la Iglesia Católica Romana, su esencia ha sido confirmada en el curso del último medio siglo, por ejemplo, en dos encíclicas papales. Pío XI, por ejemplo, en su Ad Catholici sacerdotii (1935) describió la misa como, en sí misma, “un sacrificio real… que tiene verdadera eficacia”. Continua, “La inefable grandeza del sacerdote humano se destaca de todo su esplendor, porque tiene poder sobre el cuerpo del mismo Jesucristo. Primero, lo hace presente en nuestros altares, y luego en el nombre de Cristo mismo lo ofrece como víctima infinitamente agradable a la divina majestad”.

En mediator Dei (1947), Pío XII afirmó que el sacrificio eucarístico “representa, vuelve a representar, renueva y demuestra el sacrificio de la cruz”. Este es verdadera y apropiadamente la ofrenda de un sacrificio” (párrafo 72). Además dice que: “en nuestros altares, Cristo se ofrece a si mismo diariamente por nuestra redención” (párrafo 77). Y más adelante agrega, “la misa de ninguna manera deroga la dignidad del sacrificio de la Cruz, puesto que es un recordatorio de que para nosotros no hay salvación sino en la cruz del Señor Jesucristo” (párrafo 83).

Como bien dice John Stott en su libro “La cruz de Cristo” referente a las palabras del párrafo 83, que a primera instancia pudieran parecer correctas: “A pesar de la afirmación, de que la misa de ninguna manera deroga el sacrificio de la cruz, al llamar a la eucaristía en el mismo párrafo ‘la inmolación diaria’ de Cristo, inevitablemente le resta valor al carácter histórico definitivo y a la eterna suficiencia de la Cruz. Hay tres elementos particularmente irritantes en estas afirmaciones del concilio de Trento y en las posteriores encíclicas papales, que requieren clarificación. Al ser una inmolación diaria si bien incruenta de Cristo, el sacrificio de la misa (1) es distinto de su sacrificio ‘cruento’ en la cruz y lo complementa, (2) es obra de sacerdotes humanos, y (3) es ‘verdaderamente propiciatorio’”(pág. 292).

Tras esto queda de ti mi amigo que lees, que quizás eres católico Romano o protestante, el considerar seriamente cuál es tu posición. Me temo que muchos católicos Romanos desconocen lo que hasta aquí se ha planteado. Vas a Misa, con tal ligereza que no te inquietas por saber que hay detrás de lo que haces y/o crees.

Las diferencias entre ambas enseñanzas, la católica Romana, basada en encíclicas papales y eiségesis bíblica apoyada por tradiciones de hombres, y las de la reforma protestante, como hasta aquí han sido analizadas, nos deja ante opiniones que no pueden ser reconciliadas aceptando ambas.


Para finalizar, en la próxima parte veremos algunos puntos de aplicación, que deberíamos derivar de estas enseñanzas, que ciertamente demandan de nosotros una respuesta. Todo estudio de este tipo es necesario llevarlos a la practica, de nada nos servirá tener y/o conocer la sana doctrina y la verdad de Dios para tenerla de adorno en nuestras mentes. El llamado es a ser hacedores y no solo oidores (santiago 1:22).
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16/2/10

¿Por qué no voy a misa? Un análisis critico y breve del pensamiento Católico Romano y Protestante (Reformado) de la eucaristía (2da parte).



Hasta aquí hemos planteado la postura del catolicismo medieval y la reacción de la reforma protestante a esta. Dicha reacción solo ha sido analizada desde la perspectiva que presentan algunos escritos de reformadores destacados, pero ¿Qué nos dice la palabra de Dios en cuanto al sacrificio de Cristo? ¿Qué tan eficaz es este para propiciar al pecador? El testimonio bíblico se presenta unánime en la postura de que el único sacrificio propiciatorio, que satisface de una vez y para siempre sin la necesidad de renovarse y/o continuarse, es la obra de Cristo en la cruz hecha a favor de los pecadores.


En la Epístola a los Hebreos, tenemos una amplia fuente de información en lo referente a la realidad de la obra de Cristo y como esta sobrepasa todo los sistemas de sacrificios concebidos bajo el antiguo pacto. El tema principal de esta carta, en pocas palabras, es “La supremacía de Cristo: Su persona y obra”. Una lectura breve y superficial nos llevaría de inmediato a esta conclusión: Cristo es mayor que los Ángeles, que Moisés, que los sumos sacerdotes constituidos en el antiguo pacto y su obra en la cruz al derramar su sangre sobrepasa en eficacia a la sangre derramada por millares de machos cabríos, como fue en el antiguo testamento.


Recordemos que las preguntas que tenemos ante nosotros son: ¿Es la obra de Cristo, completa y suficiente para redimir y salvar a pecadores? O ¿requiere ésta de repetición y/o renovación para mantener o conseguir su propósito de rescatar al pecador?


La Respuesta reformada dada unas líneas más arriba la vemos confirmada en la enseñanza de la carta de Hebreos, de la cual listamos a continuación.

1. El Oficio sacerdotal de Cristo es permanente y eficaz, por lo cual, no necesitamos más sacerdotes que presenten ofrendas por nuestras culpas ante Dios.

Hebreos 7:22-28:

“……. Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por El se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: Santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al hijo, hecho perfecto para siempre”.

2. La obra de Cristo es permanente y suficiente, para satisfacer las demandas de Dios por el pecado.

Hebreos 9:24-28:

“Porque no entró Cristo en el santuario hecho a mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el lugar santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez y para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.


Estas dos enseñanzas básicas, extraídas de la carta a los hebreos dejan en claro el carácter único y suficiente de la obra de Cristo y a la vez deben guiar nuestro entendimiento de la naturaleza y propósito de nuestros sacrificios, ofrecidos hoy en adoración (i.e. sacrificios de alabanza). De la misma forma, Estos textos nos llevan a considerar de una manera más completa el significado del memorial que se lleva a cabo al celebrar la cena del Señor al tomar los elementos del pan y el vino. Si bien, Cristo nos manda a tomar el pan y el vino y que los mismo son representación de su cuerpo y sangre que fueron ofrecidos, el propósito de la comunión nunca fue ni deberá ser, el ofrecer el cuerpo de Cristo, representado en el pan, ni su sangre, en el vino, como una ofrenda propiciatoria buscando la remisión de nuestros pecados. Esta obra de redención, que quitó de en medio el problema de nuestro pecado, fue hecha una sola vez y para siempre en la cruz del calvario y su eficacia es total y absoluta.


Es muy probable que ante esto, la opinión católica romana se levante en contra de las conclusiones a las que hemos llegado. Muchos dirán que entienden que la obra de Cristo es única y no necesita de añadiduras, pero esta opinión al parecer solo se queda en palabras, pues como veremos, no solo en la terminología usada por la iglesia de Roma sino también en sus principales enseñanzas y prácticas, se hace resaltar el hecho de que lo que se lleva a cabo en la misa, no es más que un ritual por medio del cual los elementos del pan y el vino, convertidos extraña pero milagrosamente en el cuerpo y la sangre físicos de Cristo, son partidos, sacrificando así el cuerpo del Señor y llevando a cabo la renovación y/o repetición de su obra propiciatoria.


Tras muestras contundentes en las escrituras, que en aquel momento se encontrabas escondidas bajo el poder de la iglesia y que empezaban a ser descubiertas nuevamente, ¿cuál fue la reacción de la iglesia católica Romana? ¿Fueron estas enseñanzas suficientes para convencerles de las diferencias que había en comparación al testimonio bíblico? ¿Fueron aceptadas estas enseñanzas como correctas o cuestionadas como herejía? En la próxima parte consideraremos cual fue la reacción Católica a todo este movimiento producido por la reforma protestante, de manera específica en cuanto al tema que estamos tratando.

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