“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla……” Heb13:4
Hace unos momentos llego a mi mente el tema del noviazgo y el matrimonio, y como muchas de las cosas, comenzaron a surgir interrogantes acerca del asunto. Nosotros como hombres y mujeres jóvenes, deseamos, anhelamos, que ese alguien con quien hemos de unir nuestras vidas, llene nuestras expectativas, que por lo regular son: que bonita(o), trabajador(a), comprensiva(o), que no arme un pleito de cualquier cosa, y muchas mas. Cuando pensamos en esto nos preguntamos, ¿Quién tendrá esas cualidades? ¿Dónde y cuando buscar a esa persona? Las preguntas aumentan cuando consideramos el ser creyentes, el vivir por fe y no por vista, el vivir conforme a los preceptos de nuestro Dios y salvador Jesucristo y no por como me siento; ya aquí no solo anhelamos, simplemente que la persona sea como hemos dicho antes, sino que tal persona debe ser temerosa(o) de Dios, piadosa(o), que ame al señor genuinamente, en este punto la incertidumbre sigue en aumento, cuando vemos que por desgracia, muchos del circulo que se hacen llamar cristianos en nuestros días se parece mas al mundo que al mismo Cristo a quien dicen seguir, no hay que hondar mucho para ver que no hay mucha diferencia entre estos y sus homogéneos mundanos.
Las muchachas en nuestros días, en muchas de nuestras iglesias, están al top de la moda, la hermosura y delicadeza física resplandecen, o como alguien me dijo una vez: ¡no son jovencitas, son obras de arte!, pero la piedad, temor, reverencia, sumisión a Dios son inversamente proporcionales, las jóvenes se preocupan mas por el salón de belleza, el maquillaje, el vestuario, que por crecer en el conocimiento de Dios, de su voluntad, su carácter y atributos. Los muchachos de nuestros días, crecen vigorosos, con mucho desarrollo intelectual y tecnológico, muchos pueden ir a buenos colegios y universidades, tener un carro a temprana edad, pero que triste que dentro de nuestras iglesias aquellos que bien debieran representar el liderato del futuro, aquellos que bien debieran procurar sembrar el carácter de quienes han de guiar el rebaño de cristo por pastos verdes, están mas preocupados por lo nuevo que salio, el celular, el carro, el pantalón, el accesorio, que por buscar desarrollar los dones que Dios ha puesto en ellos, para ponerlos de modo eficaz al servicio de su reino.
Y cuando unimos a estos dos, vemos a una juventud que no se preocupa por la pulcritud, santidad, abstinencia, y la gloria de Dios. Muchos de los cristianos de nuestros días, son fanáticos de la mundanalidad, cuando bien deberían ser apasionados por Dios.
Con un record como este, ¿Dónde quedara la integridad del pacto del matrimonio?
No estoy diciendo con esto que ir al salón, maquillarse, vestirse bien, este mal, ni tampoco estoy promoviendo una vida en dejadez y falta de delicadeza en nuestro cuidado personal y de imagen como personas y jóvenes que somos, ¡no!, srtas. Hermanas, mientras puedan andar lindas, anden decorosamente ataviadas, sean delicadas en su cuidado personal, inviertan parte de su tiempo en eso; tampoco estoy diciendo que estudiar, tener un carro, sea malo, ¡no!; pero enmarquemos esto dentro de la frontera de la supremacía y primicia de la gloria de Dios en nuestras vidas. Dios debe y merece toda nuestra devoción y entrega, y nuestras vidas deben ser un reflejo de esa supremacía. Si hay algo que se interponga a esto, ese algo ha de ser extirpado, sacado de raíz. Hablo así, por que todos nosotros, en algún momento, hemos sido esclavos de “lo que se hace”, “lo que se dice”, “lo que se usa”, y eso esta mal.
Volviendo al punto, independientemente de donde puedas quedar tú en todo esto, hay algo muy común a todos nosotros: de un modo u otro deseamos que cuando llegue el momento de pasar al altar, la persona que ha de acompañarnos, sea una fuente de unión en vez de separación. Y en todo esto argumentamos lo siguiente: en un mundo de incertidumbres, donde el discernimiento bíblico no se practica ni procura ¿Qué me garantiza que la persona con quien estoy teniendo una relación, o con quien en un futuro, si Dios quiere tendré alguna, será una fuente de integridad y unión en mi matrimonio? Más aun, ¿Qué me garantiza que yo he de ser parte en la cooperación por el correcto andar de mi relación?
Lamentablemente, creo y entiendo por las escrituras, que muchos tropiezan aquí con diversas piedras, que se encuentran en los rocosos caminos del humanismo, que por naturaleza todos tomamos. Algunos creen que mi pareja, o mi matrimonio será un éxito, porque mi novia, es una muchacha de su casa, muchos se enfocan simplemente o dan por sentado, que tal o cual persona será fiel, porque fue criada(o) bajo un hogar de carácter moral recto; otros entienden que será un éxito por que tal persona creció en un hogar cristiano, sus padres son creyentes, etc. etc. Otros contemplan la inteligencia, o desenvolvimiento en los estudios, y mas allá hay otros que ni se preocupan por la crianza, ni la inteligencia… ¡con tal de que mi novia(o) sea bonita, tenga un buen cuerpo, o un buen trabajo, no me importa mas nada!, dicen ellos.
Cuando consideramos la realidad de la vida misma, la verdad testifica totalmente en contra de esta perspectiva, tales conceptos se enfocan primariamente en el hombre y sus supuestas capacidades, y esto reduce considerablemente la garantía que buscamos. Si contamos con la aparente bondad intrínseca del hombre, que ha de hacerlo incapaz de cometer o caer en cosas tales como la infidelidad, ira, enaltecimiento y orgullo, principales males que atacan el matrimonio en nuestro días, sin lugar a dudas nos veremos defraudados mas temprano que tarde cuando iniciemos nuestra travesía personal por los valles de la relación amorosa y/o matrimonio.
Como todo en la vida, el noviazgo y el matrimonio, no es algo que se trata de dos personas exclusivamente, la unión matrimonial es una página mas del infinito libro de la gloria de Dios, este se trata de Dios, del creador y señor de todo, mostrando su gloria por medio de dos al hacerlos uno.
De modo que antes de cualquier cosa, lo primordial que debemos tener presente es que el noviazgo y más aun el matrimonio es un medio por el cual Dios recibe gloria.
Para comenzar a responder nuestras interrogantes y alcanzar certeza en todo esto, debemos tener una perspectiva correcta de lo que es y ha de ser una relación de este tipo. Mis hermanos, quiero insistir en que lo primero que tenemos que ver es al matrimonio como lo que es; aparte de lo antes mencionado, la gran mayoría tropieza al ver el matrimonio como el lugar donde son satisfechos los apetitos sexuales, al tener y empezar teniendo esto como el foco primario de atención, el resto se desmorona, pues no miramos la gloria y preeminencia de Dios sino la nuestra. El matrimonio se trata en primer y ultima instancia de Dios y su gloria.
Lo segundo, que debiéramos considerar es quienes somos, hablamos unas líneas antes, acerca del error de mirar en el hombre y dentro de el, el fundamento de el buen caminar de la relación matrimonial; romanos 12:3 dice: “nadie tenga mayor estima de si mismo que la que deba tener”, independientemente del contexto en el cual se escribe, esto es algo que hay que tener presente siempre, en nuestros días el hombre esta centrado en si mismo, el mundo esta lleno de autoenamorados, el humanismo intrínseco en nosotros, procura sacar lo supuestamente bueno que hay en nosotros; pero cuando vemos la realidad de quienes somos naturalmente, nuestras vidas hacen eco de la verdad de que “por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios.” Rom 3:23, de que “No hay justo ni aun uno” rom 3:9, de que “no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” ecle 7:20, esta es la verdad, la verdad acerca de ti, la verdad acerca de mi, esta una verdad central del evangelio bíblico: la total depravación del hombre apartado de la gracia de Dios, no solo al considerar el matrimonio o el noviazgo, sino la vida cristiana misma, debe girar en torno a ella. Teniendo un concepto correcto de nosotros mismo, reconociendo humildemente nuestra condición de perdición separados de Cristo, podremos vivir bajo una total dependencia de Dios y su gracia; en la misma medida en que veamos lo pecadores que somos la inmensa necesidad que tenemos de Dios para vivir y andar en sus caminos, para ser fieles, amar, ayudar a mi pareja, en esa misma medida estaremos procurando con mayor diligencia estar unidos a la fuente de toda gracia y poder, nuestro gran Dios y salvador Jesucristo, de modo que le glorifiquemos a El en nuestras vidas y matrimonios. Si así hacemos, estaremos tomando la vía, no de la perfección, sino de la plenitud e integridad del matrimonio.
¿Dónde pues esta la garantía? La garantía se encuentra en Dios; su gloria y honor deben ser el propósito principal en todo lo que hagamos, y el noviazgo y matrimonio no son la excepción.
Solo nuestra sed por la gloria de Dios, nos garantiza forjar un carácter idóneo para afrontar los retos que representa el matrimonio, el amarle primero a El, me garantiza amar a mi pareja y cuidarle siendo ayuda eficaz, el conocerle a El y su palabra, me garantiza honrar a mi pareja, el descansar en El me garantiza perseverar hasta el final, haciendo de mi matrimonio una fuente de Gloria y honor al nombre que es sobre todo nombre.
¿Qué hacemos?
recordemos, que aun si comemos o bebemos, debemos hacerlo para la gloria de Dios. Si eso es comer y beber, cuanto mas el privilegio bendito del matrimonio; si queremos una unión que sea la ante sala del cielo, no la del infierno, pongamos nuestra mirada en la gloria de Dios, en la expansión de su reino, que nuestros matrimonios, sean una expresión cada día mas perfecta de aquel que es el todo en todos, Cristo Jesús.
si estas conociendo y desarrollando una relación, Ora fervientemente por tu pareja, cosechen juntos una constante y dependiente actitud de oración el uno por el otro, ora que el señor haga palpable en el o ella frutos genuinos de arrepentimiento y fe, que el señor influya temor y pasión suprema hacia El en el o ella, ¡solo la obra de la gracia salvadora, regeneradora, preservadora de Dios, nos da seguridad para hacer de la unión matrimonial lo que hasta aquí hemos visto que es.
No ceses de procurar crecer en el conocimiento, sabiduría y discernimiento del señor y su palabra, esto nos guiará a formar en nosotros el carácter virtuoso y lleno de piedad que desearemos ver en nuestra pareja. Ora aunque no tengas planes de matrimonio aun, que Dios prepare y moldee nuestro perfil, de modo que en su voluntad, el dirija nuestros caminos en un progresar constante en su gracia, concediéndonos hacer del noviazgo y el matrimonio, si han de llegar a nosotros, una vía mas hacia la expresión de su gloria y majestad en nuestras vidas. Somos débiles y propensos a ser arrastrados por nuestras emociones, antes que por los principios bíblicos, seria una insensatez no descansar continuamente en nuestro Dios.
Vivimos en tiempos difíciles, la incertidumbre se vende por doquier, la falsedad e injusticia de los hombres amenazan la integridad de la vida cristiana, y el matrimonio. Que el señor cautive tu corazón con su gloria, y no ignores la realidad de que si hemos de casarnos o no, hemos de hacerlo para la gloria de Dios, solo volviendo a la verdad verdadera: Dios y su palabra, seremos participes de la bendición del matrimonio, tal cual es. Procurando centrar nuestras vidas en El, todas las demás cosas caerán en su justo lugar.
Y a ti mi amigo que vives sin Cristo, lejos de Dios, que andas conforme a tus deseos y placeres, si hasta aquí has leído; quizás no te has casado, o piensas hacerlo, o quizás ya lo hiciste, de seguro es tu deseo tener una relación estable, dar con la persona perfecta, tu príncipe azul…… tu príncipe azul nunca llegara si antes, no te reconcilias con el príncipe de paz, el rey de reyes y señor de señores, aquel que sostiene tu vida en sus manos, ante quien tu vida ha sido y es una constante rebelión, y cuya mano en su paciencia te ha sostenido, para no cortar tu vida y guiarte a una condenación eterna, tu no tienes garantía de un buen matrimonio, ni de una vida en paz, pues no hay paz dice Dios para el impío, mas sin embargo, ese Rey de paz, a quien, lo entiendas o no, has ofendido, en calidad de ofendido, ha suplido salvación para ti, entregando a un gran salvador, Cristo Jesús, cuyo nombre es único y absoluto nombre en quien podemos ser salvos, el cargo sobre si mismo el castigo que tu y yo merecemos, en la cruz del calvario, y hoy otorga salvación, vida eterna, y paz, a todo aquel que cree. Cree en el señor Jesucristo y serás salvo, reconoce tu condición y necesidad, confiésale tus pecados, pídele que te haga nacer de nuevo, que influya nueva vida en ti, que torne tu rebelde e imposibilitado corazón hacia El, capacitándole para rendirle a El la gloria en tu vida y matrimonio. Abraza al salvador hoy, por medio de la fe y el arrepentimiento, por que es palabra fiel y digna de ser recibida por todos: Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.
OH Dios bueno y eterno, padre de eternas misericordias, el corazón se llena de incertidumbres al contemplar los tiempos difíciles en que nos ha tocado vivir. Necesitamos de ti, todo lo que vemos a nuestro alrededor amenaza con la integridad de nuestros pasos para contigo, pero que bueno que no depende de nosotros, ni de nuestras capacidades, sino de ti, tu eres quien nos ha dicho: en este mundo tendremos aflicción, más confiad, yo he vencido al mundo. Señor si tu estas por nosotros, por nuestra perseverancia, por nuestra santificación, ¿Quien contra nosotros?, ayúdanos a poner la mirada en las cosas de arriba donde esta Cristo a tu diestra, moldea nuestro carácter para morir cada día mas al viejo hombre y crecer en piedad, temor y devoción por ti. Concédenos sabiduría y discernimiento en todo, de modo que aun nuestro beber y comer sea para tu gloria, si en tu plan eterno designaste mi vida para ser unida a la de otra persona, por medio del matrimonio, señor bendice de modo especial esa unión, que la misma, en el momento que llegue, sea para alabanza de la gloria de tu gracia, concédeme la gracia de amarla, cuidarla así como Cristo amo a su iglesia, que vea en todo lo que de hacer un medio mas para hacer eco de la pasión de mi alma, tu bendita gloria. Ayúdanos como jóvenes a descansar en tu voluntad, a no dejarnos guiar por las pasiones que batallan en nuestro interior, de modo que sea que vivamos o muramos, permanezcamos confiados sabiendo que tuyo somos, en el nombre de Cristo Jesús,……amen.
1 comentario:
El matrimonio es la zapata de la famiia, principal arma en contra de muchas atrocidades que se ven actualmente, siempe y cuando Dios sea el centro de la misma.
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