21/7/09

Notas de un alma en su trance del desierto al manantial



"Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, asi clama por ti, Oh Dios, el alma mia, mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo, ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?". salmo 42:1-2

"Busqué a Jehová, y él me oyó,  Y me libró de todos mis temores. 
Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias".
Salmo 34:4, 6

Estoy en uno de esos momentos en que no se por donde empezar a escribir, tengo varios días sin hacerlo, mi alma se encuentra en sequedales, he estado buscando refugio, anduve un rato por las calles y avenidas de mi mente y lo que halle fue muchas ideas necesitadas de organización, busque en mis sentimientos y estos estaban bajo la coraza de la incredulidad.  Cansado de buscar dentro y sin ningún resultado ni alivio, busque fuera, y glorioso refugio halle al hacerlo buscando fuera… donde realmente está, en mi Dios y padre, revelado en Cristo, la palabra, fue así que recordé en donde me encuentro…. Que fue aquí donde encontré un cómodo sillón en forma de cruz ensangrentada, donde hice descansar mis espaldas que venían con un gran cargamento de pecados y no obstante se me hizo pasar y se me recibió con gran banquete; en el buffet he saboreado el plato especial del chef, perdón a la gracia acompañado de santificación sumergida en espíritu santo, postre de esperanza con chispas de gozo y como bebida especial de la casa aguas de lluvias de gracia, y todo esto en un muy acogedor ambiente amenizado por la gloria de Dios.

Es desde aquí que veo fuera a muchos que me siguen y vociferan desde allí que no puedo estar donde estoy, que este no es mi lugar, gritan fuerte, tanto así que interrumpen muchas veces mi concentración ante el manjar que tengo en frente, por aquella ventana veo al Sr. Pecado, junto a quien me endeude muchísimo, procurando seguir imponiendo sus cargas sobre mi, por el otro lado veo a la Sra. Lascivia llamando con su sensualidad que salga a juguetear con ella un rato, también alcanzo a ver a don mundanalidad ofreciendo todos sus productos, orgias, mentiras, odio, rencor, orgullo y muchos mas y ahora con grandes descuentos, y veo de igual forma muy enérgicamente queriendo captar mi atención constante a la Sra. Incredulidad, diciéndome que si sigo aquí estaré mal, que me darán un poco del manjar y después me echaran fuera……….. ¿Que he de hacer ante el murmullo constante de estos que asechan mi  alma? ¿Como me he de librar del intento inútil pero perseverante de aquellos a quienes un día serví? Le diré al Sr. Pecado que quien me invitó saldo mi deuda, a la Sra. Lascivia le gritaré en su cara que donde me encuentro ahora es un mucho mas placentero y eterno deleite distinto al efímero y de mala clase placer que ella pudo ofrecerme, a Don mundanalidad lo enviaré lejos recalcándole que mi línea de crédito con él desapareció, y que aquí recibo productos de mucho mayor calidad que los de el y encima de eso no se me cobra, y a la Sra. incredulidad le gritare que su vociferación hace daño a mis oídos, que se marche lejos, pues quien me ha invitado se ha hecho fiable, pues estando harapiento y ahogado en maldad, me hizo entrar, cambio mis harapos por vestiduras nuevas me ha hecho sentar en su mesa aun cuando yo junto con usted una vez blasfeme su nombre, que aunque de cierto este no es mi lugar El me ha hecho entrar y promete dejarme disfrutar de el presente manjar y de uno futuro que es muchos mas completo y seguro, en donde no los tendré a ninguno de ustedes entrometidos  y lo disfrutaré a El por siempre.

Oh Señor del cielo, desciende con poder y sálvame, líbrame de mi mismo porque sucumbo, líbrame de los que asechan mi alma, dame la gracia y el poder para gritarle a todos ellos que estoy en ti, que soy tuyo y tu eres mío, eres mi padre, eres mi Dios, que he sido vestido por la justicia de Cristo, que en El me has hecho y harás participe del banquete de tu gloria. Oh rey de los cielos, ten misericordia y derrama la gracia de tu perdón y concédeme una conciencia y certeza de que en ti estoy seguro, que nada me apartara de tu mano, dirígeme y guárdame hasta aquel día glorioso en que te vea cara a cara. En Cristo Jesús, Amen!!

1 comentario:

Laura E. dijo...

Y ahora, Señor, ¿qué espero? En Ti está mi esperanza.(Psa 39:7)
Pues Él, que sondea nuestros corazones, en esos momentos de silencio en que no sabemos qué hacer o escribir, se encarga de poner en nuestras manos cada letra para hablar de Su Nombre. Manos a la obra! hay una cena que preparar para un gran invitado :D